-Su tono muscular es bajo: puede parecer débil.

-Le cuesta centrar la atención y seguir instrucciones, pasar a la actividad siguiente o realizar actividades que tienen muchos pasos.

-Es muy activo, no para de moverse, corre, choca, salta, trepa más que otros niños, le cuesta bajar la velocidad o todo lo contrario, evita moverse.

-Parece torpe. 

-Problemas de escritura: no le gusta escribir, es lento o se fatiga. Usa demasiada fuerza al escribir, rasga el papel.

-Es muy sensible y tiene reacciones exageradas al contacto, a los sonidos, y a los olores.

-Su dieta es muy limitada; evita probar alimentos nuevos.

-Le cuesta mantener los límites personales: toca en exceso objetos que no son suyos o personas. 

-Le cuestan las transiciones entre actividades y los cambios inesperados de planes .

Durante las sesiones de terapia ocupacional se aplican diferentes técnicas de tratamiento para mejorar los aspectos de la motricidad global, la función del miembro superior y motricidad fina integrando también componentes cognitivos como atención, memoria, planificación, resolución de problemas etc. todo a través de juegos concretos para trabajar los objetivos específicos para cada persona.

El número de sesiones, dependerá de las necesidades del niño y la familia. La familia puede participar en las sesiones en mayor o menor medida en función de las necesidades de cada caso.

La colaboración con colegios u otros entornos a los que acuden los niños permite ofrecer estrategias para mejorar la participación y el desempeño en una variedad de ambientes, por ejemplo el parque, el patio o el aula, promoviendo la generalización de los aprendizajes y las interacciones sociales.